Bebidas y dieta.

Refrescos y azúcar.

El término "refresco" es muy amplio. Se refiere a cualquier bebida con adición de azúcar u otro edulcorante, e incluye bebidas gaseosas, zumos de frutas envasados, bebidas energéticas y muchos más ejemplos. En este artículo nos centramos en las bebidas no alcohólicas endulzadas.

Tomadas de vez en cuando, estas bebidas no serían perjudiciales según la mayoría de los expertos en nutrición, como tampoco lo sería un caramelo ocasional o cualquier otro dulce. Pero pocas personas los ven como algo de uso eventual sino al revés: se toman de manera exagerada.

De acuerdo con cifras de la industria de bebidas, los fabricantes de refrescos producen la asombrosa cifra de 10,4 mil millones de litros de refrescos azucarados cada año. Esto es suficiente para servir a todos los españoles seis latas de refresco al día, 365 días al año.

Una lata de bebida gaseosa endulzada con azúcar proporciona alrededor de 150 calorías, casi todas ellas de azúcar. Eso es el equivalente a 10 cucharaditas de azúcar de mesa (sacarosa). Si usted fuera a beber sólo una lata de refresco endulzado con azúcar todos los días, y no reducir las calorías en otra parte, podría ganar hasta 7 kilos de peso en un año.

 

Refrescos y peso

Antiguamente los seres humanos obtenían casi la totalidad de sus calorías de lo que la naturaleza pone en la comida. Esto cambió con la llegada de azúcar. El azúcar añadido a los alimentos representa actualmente casi el 16 por ciento de la ingesta diaria promedio de los países civilizados. Los refrescos endulzados representan casi la mitad de eso.

Numerosos estudios han explorado los posibles vínculos entre los refrescos y el peso. Aunque no es una tarea fácil, los estudios muestran que el aumento del consumo de refrescos se asocia con aumento del aporte calórico. Uno de estos estudios mostraba que el efecto parece ser más fuerte en las mujeres. Y en general, los estudios en niños y adultos concluyen que reducir el consumo de bebidas azucaradas puede conducir a la pérdida de peso.

Podríamos pensar que si tomamos un refresco azucarado tomaremos una gran cantidad de calorías, por lo que nuestro cuerpo perdería algo de apetito para comidas posteriores. Es decir, igual que si tomamos un aperitivo después nuestro cuerpo no tiene tantas ganas de comer, podíamos pensar que al tomar bebidas azucaradas podríamos perder ganas de tomar más calorías posteriormente.

Pero no sucede este hecho no parece suceder con las bebidas azucaradas. Nadie sabe a ciencia cierta por qué sucede esto, pero hay varias posibilidades:

  • Los líquidos pueden no ser tan saciante como alimentos sólidos. Eso significa que no proporcionan la misma sensación de saciedad que los alimentos sólidos hacen.
  • El cuerpo no se para a "registrar" calorías líquidas con tanto cuidado como lo hace con las de los alimentos sólidos.
  • Es posible que las bebidas de sabor dulce suave, independientemente de si están endulzados con azúcar u otro edulcorante sustituto de azúcar, podrían estimular el apetito de otros dulces, alimentos altos en carbohidratos.

     

    La solución: Evitar bebidas azucaradas

    Es una evidencia que la reducción de bebidas azucaradas, o su eliminación por completo puede ayudar a controlar el peso y es casi seguro que reduce el riesgo de diabetes. Hay pruebas de que las bebidas azucaradas aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca. La evidencia es menos clara para las bebidas endulzadas artificialmente. Para los niños, los efectos a largo plazo del consumo de bebidas artificialmente endulzadas son desconocidos, así que es mejor para los niños a evitarlas.

    Para los adultos que tratan de dejar de depender de las bebidas gaseosas azucaradas, refrescos light pueden ser el equivalente de un parche de nicotina para el que intenta dejar de fumar: algo que se utiliza en pequeñas cantidades, durante un breve periodo de tiempo, sólo hasta que el hábito vaya desapareciendo.

    Un problema añadido es que los fabricantes de bebidas han inundado el mercado de bebidas que ofrecen diferentes tipos de azúcar con una lista muy extensa de edulcorantes artificiales. Lo que brilla por su ausencia en el mercado de bebidas es una bebida para las personas que quieren sabor dulce, pero que sin tomar azúcar quieren alejarse de los edulcorantes artificiales.

    Así que recuerde nuestro consejo: si desea acompañar sus comidas u otro momento del día con alguna bebida, un zumo natural de fruta o simplemente agua se presentan como la mejor alternativa a las bebidas azucaradas.